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EL FESTÍN DE LAS ESTRELLAS, ZYGNEMA, PARQUE DE SAN MIGUEL, LOGROÑO by PROYECTO AGUA** /** WATER PROJECT

EL FESTÍN DE LAS ESTRELLAS, ZYGNEMA, PARQUE DE SAN MIGUEL, LOGROÑO

En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua.


En la mágica trama de caminos que Zygnema entreteje en cada gota del estanque, sus estrellas gemelas se apresuran en la orgía florecida de un festín.

Crecen sus hilos de seda paralelos, buscando el abrazo y el beso de otros hilos …y es que el sol del verano asoma ya, pregonando entre los claros el estío. Lleva así hacia el cielo espesuras volubles de vapor y el océano infinito de Zygnema va menguando por momentos.


Zygnema ha sentido la señal en sus brazos de estrella de las aguas, sabe bien el tiempo que vendrá y busca su momento y su espacio acuático de abrazo, construyendo su escalera de emergencia, en la que cada peldaño será una semilla de futuro de un caminito de estrellas.


Zygnema es una de las algas filamentosas más comunes en charcas y lagunas y en todas las masas de agua tranquilas en las que apenas hay corriente y donde junto a Spirogyra extiende en densos hilos de seda sus filamentos verdes.


En ellos es fácil seguir sus trazos, porque Zygnema, va dejando el rastro de su tallo en una carrera de estrellas dobles que son sus cloroplastos.


Cuando el agua anuncia cambios, y da señales de comenzar a evaporarse, o ante otras circunstancias desfavorables, los filamentos de Zygnema se emparejan y, tramo a tramo, comienzan a acercarse célula a célula a través de un tubo, que, dos a dos, va formando traviesas de escalera, hasta unirse en el centro.


Así, en cada peldaño, las parejas de células de uno y otro filamento se funden en un abrazo sin reservas, formando estas escaleras de vida, en cuyo centro se forma un nuevo esbozo de vida, embrión bien protegido y resistente, la zigospora, que solo despertará cuando las condiciones del ambiente vuelvan a ser las adecuadas.


Cuando esto ocurre van ocultándose las estrellas que formaban los caminos de Zygnema en el agua para formar hermosas escaleras que permitirán a estas algas escalar el paso del tiempo un año más.


Los nuevos zigotos, como semillas diminutas suelen formarse en primavera antes de que el agua de las zonas superficiales desaparezca por evaporación. Estos nuevos gérmenes de vida, duros, verdes y hermosos como esmeraldas están protegidos por una cubierta de tres capas y formarán nuevas algas allí donde el agua los recubra.


Su forma, su tamaño y su estructura son de mucha utilidad para conocer las diferentes y numerosas especies de las que pueden proceder.


Hoy Zygnema va deshaciendo poco a poco sus estrellas, abrazándose en el agua en un estanque de la ciudad, junto al que pasa el Camino de Santiago….para Zygnema son infinitos y de cada camino incierto su magia hizo un collar sembrando el futuro.


Las fotografías, realizadas en vivo con las técnicas de contraste interferencia, contraste de fase, campo oscuro y epifluorescencia a 100, 200 y 400 aumentos, proceden de una muestra recogida el día 19 de mayo de 2025 en un estanque situado en el Parque de San Miguel en la ciudad de Logroño, por donde los peregrinos siguen otros caminos.


Las masas de algas filamentosas, sumergidas o flotantes, son densas selvas flexibles y ondulantes casi impenetrables, que siguen al viento o a las suaves corrientes y en cuyo seno bulle la vida de cientos de organismos a los que dan cobijo y alimentan.

Y para asegurar su permanencia en el tiempo eternamente en estas aguas efímeras en las que habitan, recurren a un mecanismo de reproducción que garantiza su escalar por el tiempo como si éste fuese algo secundario.

EL FESTÍN DE LAS ESTRELLAS, ZYGNEMA, PARQUE DE SAN MIGUEL, LOGROÑO by PROYECTO AGUA** /** WATER PROJECT

EL FESTÍN DE LAS ESTRELLAS, ZYGNEMA, PARQUE DE SAN MIGUEL, LOGROÑO

En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua.


En la mágica trama de caminos que Zygnema entreteje en cada gota del estanque, sus estrellas gemelas se apresuran en la orgía florecida de un festín.

Crecen sus hilos de seda paralelos, buscando el abrazo y el beso de otros hilos …y es que el sol del verano asoma ya, pregonando entre los claros el estío. Lleva así hacia el cielo espesuras volubles de vapor y el océano infinito de Zygnema va menguando por momentos.


Zygnema ha sentido la señal en sus brazos de estrella de las aguas, sabe bien el tiempo que vendrá y busca su momento y su espacio acuático de abrazo, construyendo su escalera de emergencia, en la que cada peldaño será una semilla de futuro de un caminito de estrellas.


Zygnema es una de las algas filamentosas más comunes en charcas y lagunas y en todas las masas de agua tranquilas en las que apenas hay corriente y donde junto a Spirogyra extiende en densos hilos de seda sus filamentos verdes.


En ellos es fácil seguir sus trazos, porque Zygnema, va dejando el rastro de su tallo en una carrera de estrellas dobles que son sus cloroplastos.


Cuando el agua anuncia cambios, y da señales de comenzar a evaporarse, o ante otras circunstancias desfavorables, los filamentos de Zygnema se emparejan y, tramo a tramo, comienzan a acercarse célula a célula a través de un tubo, que, dos a dos, va formando traviesas de escalera, hasta unirse en el centro.


Así, en cada peldaño, las parejas de células de uno y otro filamento se funden en un abrazo sin reservas, formando estas escaleras de vida, en cuyo centro se forma un nuevo esbozo de vida, embrión bien protegido y resistente, la zigospora, que solo despertará cuando las condiciones del ambiente vuelvan a ser las adecuadas.


Cuando esto ocurre van ocultándose las estrellas que formaban los caminos de Zygnema en el agua para formar hermosas escaleras que permitirán a estas algas escalar el paso del tiempo un año más.


Los nuevos zigotos, como semillas diminutas suelen formarse en primavera antes de que el agua de las zonas superficiales desaparezca por evaporación. Estos nuevos gérmenes de vida, duros, verdes y hermosos como esmeraldas están protegidos por una cubierta de tres capas y formarán nuevas algas allí donde el agua los recubra.


Su forma, su tamaño y su estructura son de mucha utilidad para conocer las diferentes y numerosas especies de las que pueden proceder.


Hoy Zygnema va deshaciendo poco a poco sus estrellas, abrazándose en el agua en un estanque de la ciudad, junto al que pasa el Camino de Santiago….para Zygnema son infinitos y de cada camino incierto su magia hizo un collar sembrando el futuro.


Las fotografías, realizadas en vivo con las técnicas de contraste interferencia, contraste de fase, campo oscuro y epifluorescencia a 100, 200 y 400 aumentos, proceden de una muestra recogida el día 19 de mayo de 2025 en un estanque situado en el Parque de San Miguel en la ciudad de Logroño, por donde los peregrinos siguen otros caminos.


Las masas de algas filamentosas, sumergidas o flotantes, son densas selvas flexibles y ondulantes casi impenetrables, que siguen al viento o a las suaves corrientes y en cuyo seno bulle la vida de cientos de organismos a los que dan cobijo y alimentan.

Y para asegurar su permanencia en el tiempo eternamente en estas aguas efímeras en las que habitan, recurren a un mecanismo de reproducción que garantiza su escalar por el tiempo como si éste fuese algo secundario.

EL FESTÍN DE LAS ESTRELLAS, ZYGNEMA, PARQUE DE SAN MIGUEL, LOGROÑO by PROYECTO AGUA** /** WATER PROJECT

EL FESTÍN DE LAS ESTRELLAS, ZYGNEMA, PARQUE DE SAN MIGUEL, LOGROÑO

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En la mágica trama de caminos que Zygnema entreteje en cada gota del estanque, sus estrellas gemelas se apresuran en la orgía florecida de un festín.

Crecen sus hilos de seda paralelos, buscando el abrazo y el beso de otros hilos …y es que el sol del verano asoma ya, pregonando entre los claros el estío. Lleva así hacia el cielo espesuras volubles de vapor y el océano infinito de Zygnema va menguando por momentos.


Zygnema ha sentido la señal en sus brazos de estrella de las aguas, sabe bien el tiempo que vendrá y busca su momento y su espacio acuático de abrazo, construyendo su escalera de emergencia, en la que cada peldaño será una semilla de futuro de un caminito de estrellas.


Zygnema es una de las algas filamentosas más comunes en charcas y lagunas y en todas las masas de agua tranquilas en las que apenas hay corriente y donde junto a Spirogyra extiende en densos hilos de seda sus filamentos verdes.


En ellos es fácil seguir sus trazos, porque Zygnema, va dejando el rastro de su tallo en una carrera de estrellas dobles que son sus cloroplastos.


Cuando el agua anuncia cambios, y da señales de comenzar a evaporarse, o ante otras circunstancias desfavorables, los filamentos de Zygnema se emparejan y, tramo a tramo, comienzan a acercarse célula a célula a través de un tubo, que, dos a dos, va formando traviesas de escalera, hasta unirse en el centro.


Así, en cada peldaño, las parejas de células de uno y otro filamento se funden en un abrazo sin reservas, formando estas escaleras de vida, en cuyo centro se forma un nuevo esbozo de vida, embrión bien protegido y resistente, la zigospora, que solo despertará cuando las condiciones del ambiente vuelvan a ser las adecuadas.


Cuando esto ocurre van ocultándose las estrellas que formaban los caminos de Zygnema en el agua para formar hermosas escaleras que permitirán a estas algas escalar el paso del tiempo un año más.


Los nuevos zigotos, como semillas diminutas suelen formarse en primavera antes de que el agua de las zonas superficiales desaparezca por evaporación. Estos nuevos gérmenes de vida, duros, verdes y hermosos como esmeraldas están protegidos por una cubierta de tres capas y formarán nuevas algas allí donde el agua los recubra.


Su forma, su tamaño y su estructura son de mucha utilidad para conocer las diferentes y numerosas especies de las que pueden proceder.


Hoy Zygnema va deshaciendo poco a poco sus estrellas, abrazándose en el agua en un estanque de la ciudad, junto al que pasa el Camino de Santiago….para Zygnema son infinitos y de cada camino incierto su magia hizo un collar sembrando el futuro.


Las fotografías, realizadas en vivo con las técnicas de contraste interferencia, contraste de fase, campo oscuro y epifluorescencia a 100, 200 y 400 aumentos, proceden de una muestra recogida el día 19 de mayo de 2025 en un estanque situado en el Parque de San Miguel en la ciudad de Logroño, por donde los peregrinos siguen otros caminos.


Las masas de algas filamentosas, sumergidas o flotantes, son densas selvas flexibles y ondulantes casi impenetrables, que siguen al viento o a las suaves corrientes y en cuyo seno bulle la vida de cientos de organismos a los que dan cobijo y alimentan.

Y para asegurar su permanencia en el tiempo eternamente en estas aguas efímeras en las que habitan, recurren a un mecanismo de reproducción que garantiza su escalar por el tiempo como si éste fuese algo secundario.

EL FESTÍN DE LAS ESTRELLAS, ZYGNEMA, PARQUE DE SAN MIGUEL, LOGROÑO by PROYECTO AGUA** /** WATER PROJECT

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En la mágica trama de caminos que Zygnema entreteje en cada gota del estanque, sus estrellas gemelas se apresuran en la orgía florecida de un festín.

Crecen sus hilos de seda paralelos, buscando el abrazo y el beso de otros hilos …y es que el sol del verano asoma ya, pregonando entre los claros el estío. Lleva así hacia el cielo espesuras volubles de vapor y el océano infinito de Zygnema va menguando por momentos.


Zygnema ha sentido la señal en sus brazos de estrella de las aguas, sabe bien el tiempo que vendrá y busca su momento y su espacio acuático de abrazo, construyendo su escalera de emergencia, en la que cada peldaño será una semilla de futuro de un caminito de estrellas.


Zygnema es una de las algas filamentosas más comunes en charcas y lagunas y en todas las masas de agua tranquilas en las que apenas hay corriente y donde junto a Spirogyra extiende en densos hilos de seda sus filamentos verdes.


En ellos es fácil seguir sus trazos, porque Zygnema, va dejando el rastro de su tallo en una carrera de estrellas dobles que son sus cloroplastos.


Cuando el agua anuncia cambios, y da señales de comenzar a evaporarse, o ante otras circunstancias desfavorables, los filamentos de Zygnema se emparejan y, tramo a tramo, comienzan a acercarse célula a célula a través de un tubo, que, dos a dos, va formando traviesas de escalera, hasta unirse en el centro.


Así, en cada peldaño, las parejas de células de uno y otro filamento se funden en un abrazo sin reservas, formando estas escaleras de vida, en cuyo centro se forma un nuevo esbozo de vida, embrión bien protegido y resistente, la zigospora, que solo despertará cuando las condiciones del ambiente vuelvan a ser las adecuadas.


Cuando esto ocurre van ocultándose las estrellas que formaban los caminos de Zygnema en el agua para formar hermosas escaleras que permitirán a estas algas escalar el paso del tiempo un año más.


Los nuevos zigotos, como semillas diminutas suelen formarse en primavera antes de que el agua de las zonas superficiales desaparezca por evaporación. Estos nuevos gérmenes de vida, duros, verdes y hermosos como esmeraldas están protegidos por una cubierta de tres capas y formarán nuevas algas allí donde el agua los recubra.


Su forma, su tamaño y su estructura son de mucha utilidad para conocer las diferentes y numerosas especies de las que pueden proceder.


Hoy Zygnema va deshaciendo poco a poco sus estrellas, abrazándose en el agua en un estanque de la ciudad, junto al que pasa el Camino de Santiago….para Zygnema son infinitos y de cada camino incierto su magia hizo un collar sembrando el futuro.


Las fotografías, realizadas en vivo con las técnicas de contraste interferencia, contraste de fase, campo oscuro y epifluorescencia a 100, 200 y 400 aumentos, proceden de una muestra recogida el día 19 de mayo de 2025 en un estanque situado en el Parque de San Miguel en la ciudad de Logroño, por donde los peregrinos siguen otros caminos.


Las masas de algas filamentosas, sumergidas o flotantes, son densas selvas flexibles y ondulantes casi impenetrables, que siguen al viento o a las suaves corrientes y en cuyo seno bulle la vida de cientos de organismos a los que dan cobijo y alimentan.

Y para asegurar su permanencia en el tiempo eternamente en estas aguas efímeras en las que habitan, recurren a un mecanismo de reproducción que garantiza su escalar por el tiempo como si éste fuese algo secundario.

EL FESTÍN DE LAS ESTRELLAS, ZYGNEMA, PARQUE DE SAN MIGUEL, LOGROÑO by PROYECTO AGUA** /** WATER PROJECT

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En la mágica trama de caminos que Zygnema entreteje en cada gota del estanque, sus estrellas gemelas se apresuran en la orgía florecida de un festín.

Crecen sus hilos de seda paralelos, buscando el abrazo y el beso de otros hilos …y es que el sol del verano asoma ya, pregonando entre los claros el estío. Lleva así hacia el cielo espesuras volubles de vapor y el océano infinito de Zygnema va menguando por momentos.


Zygnema ha sentido la señal en sus brazos de estrella de las aguas, sabe bien el tiempo que vendrá y busca su momento y su espacio acuático de abrazo, construyendo su escalera de emergencia, en la que cada peldaño será una semilla de futuro de un caminito de estrellas.


Zygnema es una de las algas filamentosas más comunes en charcas y lagunas y en todas las masas de agua tranquilas en las que apenas hay corriente y donde junto a Spirogyra extiende en densos hilos de seda sus filamentos verdes.


En ellos es fácil seguir sus trazos, porque Zygnema, va dejando el rastro de su tallo en una carrera de estrellas dobles que son sus cloroplastos.


Cuando el agua anuncia cambios, y da señales de comenzar a evaporarse, o ante otras circunstancias desfavorables, los filamentos de Zygnema se emparejan y, tramo a tramo, comienzan a acercarse célula a célula a través de un tubo, que, dos a dos, va formando traviesas de escalera, hasta unirse en el centro.


Así, en cada peldaño, las parejas de células de uno y otro filamento se funden en un abrazo sin reservas, formando estas escaleras de vida, en cuyo centro se forma un nuevo esbozo de vida, embrión bien protegido y resistente, la zigospora, que solo despertará cuando las condiciones del ambiente vuelvan a ser las adecuadas.


Cuando esto ocurre van ocultándose las estrellas que formaban los caminos de Zygnema en el agua para formar hermosas escaleras que permitirán a estas algas escalar el paso del tiempo un año más.


Los nuevos zigotos, como semillas diminutas suelen formarse en primavera antes de que el agua de las zonas superficiales desaparezca por evaporación. Estos nuevos gérmenes de vida, duros, verdes y hermosos como esmeraldas están protegidos por una cubierta de tres capas y formarán nuevas algas allí donde el agua los recubra.


Su forma, su tamaño y su estructura son de mucha utilidad para conocer las diferentes y numerosas especies de las que pueden proceder.


Hoy Zygnema va deshaciendo poco a poco sus estrellas, abrazándose en el agua en un estanque de la ciudad, junto al que pasa el Camino de Santiago….para Zygnema son infinitos y de cada camino incierto su magia hizo un collar sembrando el futuro.


Las fotografías, realizadas en vivo con las técnicas de contraste interferencia, contraste de fase, campo oscuro y epifluorescencia a 100, 200 y 400 aumentos, proceden de una muestra recogida el día 19 de mayo de 2025 en un estanque situado en el Parque de San Miguel en la ciudad de Logroño, por donde los peregrinos siguen otros caminos.


Las masas de algas filamentosas, sumergidas o flotantes, son densas selvas flexibles y ondulantes casi impenetrables, que siguen al viento o a las suaves corrientes y en cuyo seno bulle la vida de cientos de organismos a los que dan cobijo y alimentan.

Y para asegurar su permanencia en el tiempo eternamente en estas aguas efímeras en las que habitan, recurren a un mecanismo de reproducción que garantiza su escalar por el tiempo como si éste fuese algo secundario.

UNA SIEMBRA INESPERADA DE RUBÍS, HAEMATOCOCCUS, EMBALSE DE LA GRAJERA by PROYECTO AGUA** /** WATER PROJECT

UNA SIEMBRA INESPERADA DE RUBÍS, HAEMATOCOCCUS, EMBALSE DE LA GRAJERA



En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua.


En cualquier hueco áspero de roca se hace el milagro. La lluvia que riega los montes siembra la vida en la dureza de un hueco en la piedra, tintando pequeños oasis de color carmín, rojo de sangre…o de vino, según se prefiera.

En cada gota que cae de unas nubes desflecadas, el agua no viene sola y trae su mensaje de vida encriptada, hoy en perlas diminutas teñidas de rubí. Esta alguita verde de pigmentos rojos que es Haematococcus pluvialis viene con la lluvia recorriendo por el cielo caminos entre océanos que las nubes conocen tan bien.

Haematococcus siembra su oasis líquido y rojizo donde la vida parece imposible y obra con magia el milagro que bajo el microscopio se muestra en diminutos planetas que pueblan cualquier resquicio en el que el agua quedó, germinando en verde, hasta que la aridez del desierto vuelve al lecho que la acogió.

Será ahora polvo de vida, que cualquier ráfaga de aire llevará a la aventura libre y caprichosa de los vientos, hasta encontrar un nuevo lecho donde sembrar sus gemas de rubí.


El nombre de Haematococcus hace referencia al color rojo sangre y a la forma esférica de estas pequeñas algas flageladas que presentan un ciclo vital con varias fases en el que las formas vegetativas libres de color verde, alternan con otras de resistencia, cmo las que mostramos aquí, de intenso color rojizo debido a la acumulación en el interior celular de un pigmento antioxidante, la astaxantina, que juega un papel muy importante en la protección del material genético de esta algas frente a las radiaciones.


Tras este periodo de enquistamiento puede aparecer otro vegetativo en el que la astaxantina va desapareciendo mientras es sustituida por la clorofila, al mismo tiempo que las formas de resistencia salen de su letargo y se comienzan a desarrollar pequeñas formas flageladas que suelen formarse tras la división de las formas enquistadas.


La fase madura de estas formas vegetativas da lugar a la aparición de los individuos de vida libre y forma casi esférica, que se mueven continuamente en busca de la luz gracias a la presencia de sus dos largos flagelos. En ellos, el contenido citoplasmático forma un islote rodeado de una masa gelatinosa y a la que se unen a su pared mediante la formación de unos finísimos tirantes de disposición radial.


Si las condiciones son desfavorables debido a la desecación de la masa de agua o al aumento de la radiación, la clorofila va siendo sustituida por la astaxantina y las células móviles terminan perdiendo sus flagelos y enquistándose rodeadas de este pigmento rojizo que es un potente fotoprotector frente a las radiaciones ultravioletas y que puede ser transmitido tras el consumo de estas pequeñas algas a otros organismos de la cadena trófica, que resultan ser beneficiados.


Las fotografías, realizadas en vivo, a 100, 200 y 400 aumentos con las técnicas de campo claro, campo oscuro, contraste de interferencia, contraste de fase y epifluorescencia, se han tomado sobre una muestra recogida el 13 de mayo de 2025 en las oquedades de las rocas tras la lluvia en la inmediaciones del embalse de La Grajera en Logroño


Alguna información en flic.kr/p/hAzrHZ y más información AQUÍ

UNA SIEMBRA INESPERADA DE RUBÍS, HAEMATOCOCCUS, EMBALSE DE LA GRAJERA by PROYECTO AGUA** /** WATER PROJECT

UNA SIEMBRA INESPERADA DE RUBÍS, HAEMATOCOCCUS, EMBALSE DE LA GRAJERA



En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua.


En cualquier hueco áspero de roca se hace el milagro. La lluvia que riega los montes siembra la vida en la dureza de un hueco en la piedra, tintando pequeños oasis de color carmín, rojo de sangre…o de vino, según se prefiera.

En cada gota que cae de unas nubes desflecadas, el agua no viene sola y trae su mensaje de vida encriptada, hoy en perlas diminutas teñidas de rubí. Esta alguita verde de pigmentos rojos que es Haematococcus pluvialis viene con la lluvia recorriendo por el cielo caminos entre océanos que las nubes conocen tan bien.

Haematococcus siembra su oasis líquido y rojizo donde la vida parece imposible y obra con magia el milagro que bajo el microscopio se muestra en diminutos planetas que pueblan cualquier resquicio en el que el agua quedó, germinando en verde, hasta que la aridez del desierto vuelve al lecho que la acogió.

Será ahora polvo de vida, que cualquier ráfaga de aire llevará a la aventura libre y caprichosa de los vientos, hasta encontrar un nuevo lecho donde sembrar sus gemas de rubí.


El nombre de Haematococcus hace referencia al color rojo sangre y a la forma esférica de estas pequeñas algas flageladas que presentan un ciclo vital con varias fases en el que las formas vegetativas libres de color verde, alternan con otras de resistencia, cmo las que mostramos aquí, de intenso color rojizo debido a la acumulación en el interior celular de un pigmento antioxidante, la astaxantina, que juega un papel muy importante en la protección del material genético de esta algas frente a las radiaciones.


Tras este periodo de enquistamiento puede aparecer otro vegetativo en el que la astaxantina va desapareciendo mientras es sustituida por la clorofila, al mismo tiempo que las formas de resistencia salen de su letargo y se comienzan a desarrollar pequeñas formas flageladas que suelen formarse tras la división de las formas enquistadas.


La fase madura de estas formas vegetativas da lugar a la aparición de los individuos de vida libre y forma casi esférica, que se mueven continuamente en busca de la luz gracias a la presencia de sus dos largos flagelos. En ellos, el contenido citoplasmático forma un islote rodeado de una masa gelatinosa y a la que se unen a su pared mediante la formación de unos finísimos tirantes de disposición radial.


Si las condiciones son desfavorables debido a la desecación de la masa de agua o al aumento de la radiación, la clorofila va siendo sustituida por la astaxantina y las células móviles terminan perdiendo sus flagelos y enquistándose rodeadas de este pigmento rojizo que es un potente fotoprotector frente a las radiaciones ultravioletas y que puede ser transmitido tras el consumo de estas pequeñas algas a otros organismos de la cadena trófica, que resultan ser beneficiados.


Las fotografías, realizadas en vivo, a 100, 200 y 400 aumentos con las técnicas de campo claro, campo oscuro, contraste de interferencia, contraste de fase y epifluorescencia, se han tomado sobre una muestra recogida el 13 de mayo de 2025 en las oquedades de las rocas tras la lluvia en la inmediaciones del embalse de La Grajera en Logroño


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En cualquier hueco áspero de roca se hace el milagro. La lluvia que riega los montes siembra la vida en la dureza de un hueco en la piedra, tintando pequeños oasis de color carmín, rojo de sangre…o de vino, según se prefiera.

En cada gota que cae de unas nubes desflecadas, el agua no viene sola y trae su mensaje de vida encriptada, hoy en perlas diminutas teñidas de rubí. Esta alguita verde de pigmentos rojos que es Haematococcus pluvialis viene con la lluvia recorriendo por el cielo caminos entre océanos que las nubes conocen tan bien.

Haematococcus siembra su oasis líquido y rojizo donde la vida parece imposible y obra con magia el milagro que bajo el microscopio se muestra en diminutos planetas que pueblan cualquier resquicio en el que el agua quedó, germinando en verde, hasta que la aridez del desierto vuelve al lecho que la acogió.

Será ahora polvo de vida, que cualquier ráfaga de aire llevará a la aventura libre y caprichosa de los vientos, hasta encontrar un nuevo lecho donde sembrar sus gemas de rubí.


El nombre de Haematococcus hace referencia al color rojo sangre y a la forma esférica de estas pequeñas algas flageladas que presentan un ciclo vital con varias fases en el que las formas vegetativas libres de color verde, alternan con otras de resistencia, cmo las que mostramos aquí, de intenso color rojizo debido a la acumulación en el interior celular de un pigmento antioxidante, la astaxantina, que juega un papel muy importante en la protección del material genético de esta algas frente a las radiaciones.


Tras este periodo de enquistamiento puede aparecer otro vegetativo en el que la astaxantina va desapareciendo mientras es sustituida por la clorofila, al mismo tiempo que las formas de resistencia salen de su letargo y se comienzan a desarrollar pequeñas formas flageladas que suelen formarse tras la división de las formas enquistadas.


La fase madura de estas formas vegetativas da lugar a la aparición de los individuos de vida libre y forma casi esférica, que se mueven continuamente en busca de la luz gracias a la presencia de sus dos largos flagelos. En ellos, el contenido citoplasmático forma un islote rodeado de una masa gelatinosa y a la que se unen a su pared mediante la formación de unos finísimos tirantes de disposición radial.


Si las condiciones son desfavorables debido a la desecación de la masa de agua o al aumento de la radiación, la clorofila va siendo sustituida por la astaxantina y las células móviles terminan perdiendo sus flagelos y enquistándose rodeadas de este pigmento rojizo que es un potente fotoprotector frente a las radiaciones ultravioletas y que puede ser transmitido tras el consumo de estas pequeñas algas a otros organismos de la cadena trófica, que resultan ser beneficiados.


Las fotografías, realizadas en vivo, a 100, 200 y 400 aumentos con las técnicas de campo claro, campo oscuro, contraste de interferencia, contraste de fase y epifluorescencia, se han tomado sobre una muestra recogida el 13 de mayo de 2025 en las oquedades de las rocas tras la lluvia en la inmediaciones del embalse de La Grajera en Logroño


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En cualquier hueco áspero de roca se hace el milagro. La lluvia que riega los montes siembra la vida en la dureza de un hueco en la piedra, tintando pequeños oasis de color carmín, rojo de sangre…o de vino, según se prefiera.

En cada gota que cae de unas nubes desflecadas, el agua no viene sola y trae su mensaje de vida encriptada, hoy en perlas diminutas teñidas de rubí. Esta alguita verde de pigmentos rojos que es Haematococcus pluvialis viene con la lluvia recorriendo por el cielo caminos entre océanos que las nubes conocen tan bien.

Haematococcus siembra su oasis líquido y rojizo donde la vida parece imposible y obra con magia el milagro que bajo el microscopio se muestra en diminutos planetas que pueblan cualquier resquicio en el que el agua quedó, germinando en verde, hasta que la aridez del desierto vuelve al lecho que la acogió.

Será ahora polvo de vida, que cualquier ráfaga de aire llevará a la aventura libre y caprichosa de los vientos, hasta encontrar un nuevo lecho donde sembrar sus gemas de rubí.


El nombre de Haematococcus hace referencia al color rojo sangre y a la forma esférica de estas pequeñas algas flageladas que presentan un ciclo vital con varias fases en el que las formas vegetativas libres de color verde, alternan con otras de resistencia, cmo las que mostramos aquí, de intenso color rojizo debido a la acumulación en el interior celular de un pigmento antioxidante, la astaxantina, que juega un papel muy importante en la protección del material genético de esta algas frente a las radiaciones.


Tras este periodo de enquistamiento puede aparecer otro vegetativo en el que la astaxantina va desapareciendo mientras es sustituida por la clorofila, al mismo tiempo que las formas de resistencia salen de su letargo y se comienzan a desarrollar pequeñas formas flageladas que suelen formarse tras la división de las formas enquistadas.


La fase madura de estas formas vegetativas da lugar a la aparición de los individuos de vida libre y forma casi esférica, que se mueven continuamente en busca de la luz gracias a la presencia de sus dos largos flagelos. En ellos, el contenido citoplasmático forma un islote rodeado de una masa gelatinosa y a la que se unen a su pared mediante la formación de unos finísimos tirantes de disposición radial.


Si las condiciones son desfavorables debido a la desecación de la masa de agua o al aumento de la radiación, la clorofila va siendo sustituida por la astaxantina y las células móviles terminan perdiendo sus flagelos y enquistándose rodeadas de este pigmento rojizo que es un potente fotoprotector frente a las radiaciones ultravioletas y que puede ser transmitido tras el consumo de estas pequeñas algas a otros organismos de la cadena trófica, que resultan ser beneficiados.


Las fotografías, realizadas en vivo, a 100, 200 y 400 aumentos con las técnicas de campo claro, campo oscuro, contraste de interferencia, contraste de fase y epifluorescencia, se han tomado sobre una muestra recogida el 13 de mayo de 2025 en las oquedades de las rocas tras la lluvia en la inmediaciones del embalse de La Grajera en Logroño


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UNA SIEMBRA INESPERADA DE RUBÍS, HAEMATOCOCCUS, EMBALSE DE LA GRAJERA



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En cualquier hueco áspero de roca se hace el milagro. La lluvia que riega los montes siembra la vida en la dureza de un hueco en la piedra, tintando pequeños oasis de color carmín, rojo de sangre…o de vino, según se prefiera.

En cada gota que cae de unas nubes desflecadas, el agua no viene sola y trae su mensaje de vida encriptada, hoy en perlas diminutas teñidas de rubí. Esta alguita verde de pigmentos rojos que es Haematococcus pluvialis viene con la lluvia recorriendo por el cielo caminos entre océanos que las nubes conocen tan bien.

Haematococcus siembra su oasis líquido y rojizo donde la vida parece imposible y obra con magia el milagro que bajo el microscopio se muestra en diminutos planetas que pueblan cualquier resquicio en el que el agua quedó, germinando en verde, hasta que la aridez del desierto vuelve al lecho que la acogió.

Será ahora polvo de vida, que cualquier ráfaga de aire llevará a la aventura libre y caprichosa de los vientos, hasta encontrar un nuevo lecho donde sembrar sus gemas de rubí.


El nombre de Haematococcus hace referencia al color rojo sangre y a la forma esférica de estas pequeñas algas flageladas que presentan un ciclo vital con varias fases en el que las formas vegetativas libres de color verde, alternan con otras de resistencia, cmo las que mostramos aquí, de intenso color rojizo debido a la acumulación en el interior celular de un pigmento antioxidante, la astaxantina, que juega un papel muy importante en la protección del material genético de esta algas frente a las radiaciones.


Tras este periodo de enquistamiento puede aparecer otro vegetativo en el que la astaxantina va desapareciendo mientras es sustituida por la clorofila, al mismo tiempo que las formas de resistencia salen de su letargo y se comienzan a desarrollar pequeñas formas flageladas que suelen formarse tras la división de las formas enquistadas.


La fase madura de estas formas vegetativas da lugar a la aparición de los individuos de vida libre y forma casi esférica, que se mueven continuamente en busca de la luz gracias a la presencia de sus dos largos flagelos. En ellos, el contenido citoplasmático forma un islote rodeado de una masa gelatinosa y a la que se unen a su pared mediante la formación de unos finísimos tirantes de disposición radial.


Si las condiciones son desfavorables debido a la desecación de la masa de agua o al aumento de la radiación, la clorofila va siendo sustituida por la astaxantina y las células móviles terminan perdiendo sus flagelos y enquistándose rodeadas de este pigmento rojizo que es un potente fotoprotector frente a las radiaciones ultravioletas y que puede ser transmitido tras el consumo de estas pequeñas algas a otros organismos de la cadena trófica, que resultan ser beneficiados.


Las fotografías, realizadas en vivo, a 100, 200 y 400 aumentos con las técnicas de campo claro, campo oscuro, contraste de interferencia, contraste de fase y epifluorescencia, se han tomado sobre una muestra recogida el 13 de mayo de 2025 en las oquedades de las rocas tras la lluvia en la inmediaciones del embalse de La Grajera en Logroño


Alguna información en flic.kr/p/hAzrHZ y más información AQUÍ

UNA SIEMBRA INESPERADA DE RUBÍS, HAEMATOCOCCUS, EMBALSE DE LA GRAJERA by PROYECTO AGUA** /** WATER PROJECT

UNA SIEMBRA INESPERADA DE RUBÍS, HAEMATOCOCCUS, EMBALSE DE LA GRAJERA



En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua.


En cualquier hueco áspero de roca se hace el milagro. La lluvia que riega los montes siembra la vida en la dureza de un hueco en la piedra, tintando pequeños oasis de color carmín, rojo de sangre…o de vino, según se prefiera.

En cada gota que cae de unas nubes desflecadas, el agua no viene sola y trae su mensaje de vida encriptada, hoy en perlas diminutas teñidas de rubí. Esta alguita verde de pigmentos rojos que es Haematococcus pluvialis viene con la lluvia recorriendo por el cielo caminos entre océanos que las nubes conocen tan bien.

Haematococcus siembra su oasis líquido y rojizo donde la vida parece imposible y obra con magia el milagro que bajo el microscopio se muestra en diminutos planetas que pueblan cualquier resquicio en el que el agua quedó, germinando en verde, hasta que la aridez del desierto vuelve al lecho que la acogió.

Será ahora polvo de vida, que cualquier ráfaga de aire llevará a la aventura libre y caprichosa de los vientos, hasta encontrar un nuevo lecho donde sembrar sus gemas de rubí.


El nombre de Haematococcus hace referencia al color rojo sangre y a la forma esférica de estas pequeñas algas flageladas que presentan un ciclo vital con varias fases en el que las formas vegetativas libres de color verde, alternan con otras de resistencia, cmo las que mostramos aquí, de intenso color rojizo debido a la acumulación en el interior celular de un pigmento antioxidante, la astaxantina, que juega un papel muy importante en la protección del material genético de esta algas frente a las radiaciones.


Tras este periodo de enquistamiento puede aparecer otro vegetativo en el que la astaxantina va desapareciendo mientras es sustituida por la clorofila, al mismo tiempo que las formas de resistencia salen de su letargo y se comienzan a desarrollar pequeñas formas flageladas que suelen formarse tras la división de las formas enquistadas.


La fase madura de estas formas vegetativas da lugar a la aparición de los individuos de vida libre y forma casi esférica, que se mueven continuamente en busca de la luz gracias a la presencia de sus dos largos flagelos. En ellos, el contenido citoplasmático forma un islote rodeado de una masa gelatinosa y a la que se unen a su pared mediante la formación de unos finísimos tirantes de disposición radial.


Si las condiciones son desfavorables debido a la desecación de la masa de agua o al aumento de la radiación, la clorofila va siendo sustituida por la astaxantina y las células móviles terminan perdiendo sus flagelos y enquistándose rodeadas de este pigmento rojizo que es un potente fotoprotector frente a las radiaciones ultravioletas y que puede ser transmitido tras el consumo de estas pequeñas algas a otros organismos de la cadena trófica, que resultan ser beneficiados.


Las fotografías, realizadas en vivo, a 100, 200 y 400 aumentos con las técnicas de campo claro, campo oscuro, contraste de interferencia, contraste de fase y epifluorescencia, se han tomado sobre una muestra recogida el 13 de mayo de 2025 en las oquedades de las rocas tras la lluvia en la inmediaciones del embalse de La Grajera en Logroño


Alguna información en flic.kr/p/hAzrHZ y más información AQUÍ

ALFOMBRAS DE RIZOS. SPIROGYRA. EMBALSE DE LA GRAJERA by PROYECTO AGUA** /** WATER PROJECT

ALFOMBRAS DE RIZOS. SPIROGYRA. EMBALSE DE LA GRAJERA

En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua.
En sus largos tallos de bambú, Spirogyra hace manojos de rizos para llegar hasta el sol desde el agua. Desde cerca de la orilla va tejiendo una maraña que hace selvas en las gotas y cobija en su espesura mil latidos.
Spirogyra es una alga verde, de un verde intenso o pálido y de cloroplastos trenzados y en forma de cinta que está representada por cerca de cuatrocientas especies.
En todas ellas esos cloroplastos acintados se disponen enrollados en una hipnótica espiral, pegados a la pared de las células cilíndricas y alargadas que los contienen y en el centro de cada celda, sostenido entre invisibles hilos un núcleo alargado y equidistante, dirige discretamente su paso por el tiempo.
Los tallos de Spirogyra crecen, lo hacen siempre en longitud, porque nunca se ramifican. Con frecuencia, y sobre todo en aguas tranquilas o en los remansos de los riachuelos y arroyos pueden aparecer como filamentos flotantes, que junto a otros forman densas marañas verdes y sedosas que asoman como islotes sobre la superficie del agua.


El número de cloroplastos acintados que presentan las células de Spirogyra puede variar, dependiendo de la especie, entre uno y dieciséis; de tal manera, que aproximadamente un tercio de todas las especies solo contiene un cloroplasto en cada célula, otro tercio de dos a cinco y el resto presentan de seis a dieciséis, esa particular disposición en espiral de los cloroplastos es de una gran belleza, sobre todo cuando se combinan varios y en sus giros dibujan trenzas acuáticas de armonía multiplicada.


Las estrategias de supervivencia de muchas algas están relacionadas con la morfología y el comportamiento de los cloroplastos en el interior de sus células.


EnSpirogyra se da un eficiente modelo de captación de la luz que además se traduce en belleza: con independencia de la posición que ocupe horizontalmente su cuerpo en el agua, siempre recibirá la misma cantidad de radiación, aunque los filamentos se giren, lo que le permite, siempre aprovechar de forma óptima la luz del sol para realizar la fotosíntesis.


Spirogyra puede vivir en abruptas torrenteras o en pacíficas lagunas, en solitarias turberas de montaña, remansos de ríos, arroyos, fuentes, lagos, pequeños charcos...allí donde haya un poco de agua, los filamentos del alga.


En el embalse de La Grajera Spirogyra hace una alfombra flotante que entre los juncos enreda sus espirales tejiendo vida


Las fotografías, realizadas en vivo, a 100, 200 y 400 aumentos con las técnicas de campo claro, campo oscuro, contraste de interferencia, contraste de fase y epifluorescencia, se han tomado sobre una muestra recogida el 13 de mayo de 2024 junto a las orilla.

ALFOMBRAS DE RIZOS. SPIROGYRA. EMBALSE DE LA GRAJERA by PROYECTO AGUA** /** WATER PROJECT

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En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua.
En sus largos tallos de bambú, Spirogyra hace manojos de rizos para llegar hasta el sol desde el agua. Desde cerca de la orilla va tejiendo una maraña que hace selvas en las gotas y cobija en su espesura mil latidos.
Spirogyra es una alga verde, de un verde intenso o pálido y de cloroplastos trenzados y en forma de cinta que está representada por cerca de cuatrocientas especies.
En todas ellas esos cloroplastos acintados se disponen enrollados en una hipnótica espiral, pegados a la pared de las células cilíndricas y alargadas que los contienen y en el centro de cada celda, sostenido entre invisibles hilos un núcleo alargado y equidistante, dirige discretamente su paso por el tiempo.
Los tallos de Spirogyra crecen, lo hacen siempre en longitud, porque nunca se ramifican. Con frecuencia, y sobre todo en aguas tranquilas o en los remansos de los riachuelos y arroyos pueden aparecer como filamentos flotantes, que junto a otros forman densas marañas verdes y sedosas que asoman como islotes sobre la superficie del agua.


El número de cloroplastos acintados que presentan las células de Spirogyra puede variar, dependiendo de la especie, entre uno y dieciséis; de tal manera, que aproximadamente un tercio de todas las especies solo contiene un cloroplasto en cada célula, otro tercio de dos a cinco y el resto presentan de seis a dieciséis, esa particular disposición en espiral de los cloroplastos es de una gran belleza, sobre todo cuando se combinan varios y en sus giros dibujan trenzas acuáticas de armonía multiplicada.


Las estrategias de supervivencia de muchas algas están relacionadas con la morfología y el comportamiento de los cloroplastos en el interior de sus células.


EnSpirogyra se da un eficiente modelo de captación de la luz que además se traduce en belleza: con independencia de la posición que ocupe horizontalmente su cuerpo en el agua, siempre recibirá la misma cantidad de radiación, aunque los filamentos se giren, lo que le permite, siempre aprovechar de forma óptima la luz del sol para realizar la fotosíntesis.


Spirogyra puede vivir en abruptas torrenteras o en pacíficas lagunas, en solitarias turberas de montaña, remansos de ríos, arroyos, fuentes, lagos, pequeños charcos...allí donde haya un poco de agua, los filamentos del alga.


En el embalse de La Grajera Spirogyra hace una alfombra flotante que entre los juncos enreda sus espirales tejiendo vida


Las fotografías, realizadas en vivo, a 100, 200 y 400 aumentos con las técnicas de campo claro, campo oscuro, contraste de interferencia, contraste de fase y epifluorescencia, se han tomado sobre una muestra recogida el 13 de mayo de 2024 junto a las orilla.

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En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua.
En sus largos tallos de bambú, Spirogyra hace manojos de rizos para llegar hasta el sol desde el agua. Desde cerca de la orilla va tejiendo una maraña que hace selvas en las gotas y cobija en su espesura mil latidos.
Spirogyra es una alga verde, de un verde intenso o pálido y de cloroplastos trenzados y en forma de cinta que está representada por cerca de cuatrocientas especies.
En todas ellas esos cloroplastos acintados se disponen enrollados en una hipnótica espiral, pegados a la pared de las células cilíndricas y alargadas que los contienen y en el centro de cada celda, sostenido entre invisibles hilos un núcleo alargado y equidistante, dirige discretamente su paso por el tiempo.
Los tallos de Spirogyra crecen, lo hacen siempre en longitud, porque nunca se ramifican. Con frecuencia, y sobre todo en aguas tranquilas o en los remansos de los riachuelos y arroyos pueden aparecer como filamentos flotantes, que junto a otros forman densas marañas verdes y sedosas que asoman como islotes sobre la superficie del agua.


El número de cloroplastos acintados que presentan las células de Spirogyra puede variar, dependiendo de la especie, entre uno y dieciséis; de tal manera, que aproximadamente un tercio de todas las especies solo contiene un cloroplasto en cada célula, otro tercio de dos a cinco y el resto presentan de seis a dieciséis, esa particular disposición en espiral de los cloroplastos es de una gran belleza, sobre todo cuando se combinan varios y en sus giros dibujan trenzas acuáticas de armonía multiplicada.


Las estrategias de supervivencia de muchas algas están relacionadas con la morfología y el comportamiento de los cloroplastos en el interior de sus células.


EnSpirogyra se da un eficiente modelo de captación de la luz que además se traduce en belleza: con independencia de la posición que ocupe horizontalmente su cuerpo en el agua, siempre recibirá la misma cantidad de radiación, aunque los filamentos se giren, lo que le permite, siempre aprovechar de forma óptima la luz del sol para realizar la fotosíntesis.


Spirogyra puede vivir en abruptas torrenteras o en pacíficas lagunas, en solitarias turberas de montaña, remansos de ríos, arroyos, fuentes, lagos, pequeños charcos...allí donde haya un poco de agua, los filamentos del alga.


En el embalse de La Grajera Spirogyra hace una alfombra flotante que entre los juncos enreda sus espirales tejiendo vida


Las fotografías, realizadas en vivo, a 100, 200 y 400 aumentos con las técnicas de campo claro, campo oscuro, contraste de interferencia, contraste de fase y epifluorescencia, se han tomado sobre una muestra recogida el 13 de mayo de 2024 junto a las orilla.

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En sus largos tallos de bambú, Spirogyra hace manojos de rizos para llegar hasta el sol desde el agua. Desde cerca de la orilla va tejiendo una maraña que hace selvas en las gotas y cobija en su espesura mil latidos.
Spirogyra es una alga verde, de un verde intenso o pálido y de cloroplastos trenzados y en forma de cinta que está representada por cerca de cuatrocientas especies.
En todas ellas esos cloroplastos acintados se disponen enrollados en una hipnótica espiral, pegados a la pared de las células cilíndricas y alargadas que los contienen y en el centro de cada celda, sostenido entre invisibles hilos un núcleo alargado y equidistante, dirige discretamente su paso por el tiempo.
Los tallos de Spirogyra crecen, lo hacen siempre en longitud, porque nunca se ramifican. Con frecuencia, y sobre todo en aguas tranquilas o en los remansos de los riachuelos y arroyos pueden aparecer como filamentos flotantes, que junto a otros forman densas marañas verdes y sedosas que asoman como islotes sobre la superficie del agua.


El número de cloroplastos acintados que presentan las células de Spirogyra puede variar, dependiendo de la especie, entre uno y dieciséis; de tal manera, que aproximadamente un tercio de todas las especies solo contiene un cloroplasto en cada célula, otro tercio de dos a cinco y el resto presentan de seis a dieciséis, esa particular disposición en espiral de los cloroplastos es de una gran belleza, sobre todo cuando se combinan varios y en sus giros dibujan trenzas acuáticas de armonía multiplicada.


Las estrategias de supervivencia de muchas algas están relacionadas con la morfología y el comportamiento de los cloroplastos en el interior de sus células.


EnSpirogyra se da un eficiente modelo de captación de la luz que además se traduce en belleza: con independencia de la posición que ocupe horizontalmente su cuerpo en el agua, siempre recibirá la misma cantidad de radiación, aunque los filamentos se giren, lo que le permite, siempre aprovechar de forma óptima la luz del sol para realizar la fotosíntesis.


Spirogyra puede vivir en abruptas torrenteras o en pacíficas lagunas, en solitarias turberas de montaña, remansos de ríos, arroyos, fuentes, lagos, pequeños charcos...allí donde haya un poco de agua, los filamentos del alga.


En el embalse de La Grajera Spirogyra hace una alfombra flotante que entre los juncos enreda sus espirales tejiendo vida


Las fotografías, realizadas en vivo, a 100, 200 y 400 aumentos con las técnicas de campo claro, campo oscuro, contraste de interferencia, contraste de fase y epifluorescencia, se han tomado sobre una muestra recogida el 13 de mayo de 2024 junto a las orilla.

ALFOMBRAS DE RIZOS. SPIROGYRA. EMBALSE DE LA GRAJERA by PROYECTO AGUA** /** WATER PROJECT

ALFOMBRAS DE RIZOS. SPIROGYRA. EMBALSE DE LA GRAJERA

En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua.
En sus largos tallos de bambú, Spirogyra hace manojos de rizos para llegar hasta el sol desde el agua. Desde cerca de la orilla va tejiendo una maraña que hace selvas en las gotas y cobija en su espesura mil latidos.
Spirogyra es una alga verde, de un verde intenso o pálido y de cloroplastos trenzados y en forma de cinta que está representada por cerca de cuatrocientas especies.
En todas ellas esos cloroplastos acintados se disponen enrollados en una hipnótica espiral, pegados a la pared de las células cilíndricas y alargadas que los contienen y en el centro de cada celda, sostenido entre invisibles hilos un núcleo alargado y equidistante, dirige discretamente su paso por el tiempo.
Los tallos de Spirogyra crecen, lo hacen siempre en longitud, porque nunca se ramifican. Con frecuencia, y sobre todo en aguas tranquilas o en los remansos de los riachuelos y arroyos pueden aparecer como filamentos flotantes, que junto a otros forman densas marañas verdes y sedosas que asoman como islotes sobre la superficie del agua.


El número de cloroplastos acintados que presentan las células de Spirogyra puede variar, dependiendo de la especie, entre uno y dieciséis; de tal manera, que aproximadamente un tercio de todas las especies solo contiene un cloroplasto en cada célula, otro tercio de dos a cinco y el resto presentan de seis a dieciséis, esa particular disposición en espiral de los cloroplastos es de una gran belleza, sobre todo cuando se combinan varios y en sus giros dibujan trenzas acuáticas de armonía multiplicada.


Las estrategias de supervivencia de muchas algas están relacionadas con la morfología y el comportamiento de los cloroplastos en el interior de sus células.


EnSpirogyra se da un eficiente modelo de captación de la luz que además se traduce en belleza: con independencia de la posición que ocupe horizontalmente su cuerpo en el agua, siempre recibirá la misma cantidad de radiación, aunque los filamentos se giren, lo que le permite, siempre aprovechar de forma óptima la luz del sol para realizar la fotosíntesis.


Spirogyra puede vivir en abruptas torrenteras o en pacíficas lagunas, en solitarias turberas de montaña, remansos de ríos, arroyos, fuentes, lagos, pequeños charcos...allí donde haya un poco de agua, los filamentos del alga.


En el embalse de La Grajera Spirogyra hace una alfombra flotante que entre los juncos enreda sus espirales tejiendo vida


Las fotografías, realizadas en vivo, a 100, 200 y 400 aumentos con las técnicas de campo claro, campo oscuro, contraste de interferencia, contraste de fase y epifluorescencia, se han tomado sobre una muestra recogida el 13 de mayo de 2024 junto a las orilla.

NUBES DE PRIMAVERA EN LAS GOTAS. WORONICHINA, EMBALSE DE LA GRAJERA by PROYECTO AGUA** /** WATER PROJECT

NUBES DE PRIMAVERA  EN LAS GOTAS.  WORONICHINA, EMBALSE DE LA GRAJERA

en Biodiversidad virtual, y en Twiter y en Instagram como @proyectoagua
*
*
Woronichinia sigue el rumbo de las nubes el el cielo infinito de las aguas del pantano. Una ráfaga de viento la ha hecho navegar hasta cerca de la orilla donde atraca en su plácido descanso tomando los rayos de luz a sorbos cortos que pintan su cuerpo de verde y de dorado.
En racimos apretados la cianobacteria Woronichinia a veces se desgrana sembrándose en las gotas, como riegan los campos las nubes que dibujan su reflejo sobre el agua.

Woronichinia es un género de cianobacterias nativo de Europa y Norteamérica creado por Alexander Elenkin en el primer tercio del siglo XX en homenaje del botánico, micólogo, algólogo y explorador ruso Nikolai Woronichin.

Pasajeras como nubes gruesas mecidas en el agua por el soplo de los vientos Woronichinia se abre en blandos racimos. Vida jugosa que adorna alegre la oscuridad de unas aguas turbias, donde con generosidad desbordante repara siempre en belleza, alegre, infatigable, hoy en hermosas flores de agua.


Incluido dentro de la familia de las Coelosphaeriaceae, sus colonias recuerdan a las de Microcystis mucho más común y problemática cuando se quiere utilizar el agua como recurso potable o con fines recreativos debido las potentes toxinas que sintetiza y de las que parece que Woronichinia está libre, aunque como ella siempre aparece también en medios eutróficos.


Woronichinia naegeliana es también conocida como “Coelosphaerium naegelianum” en cuyo género ha estado incluida hasta hace poco. Forma densas colonias gelatinosas de color verde oscuro o verde azulado que presentan muy variados contornos, aunque casi siempre redondeados o lobulados y compactos, de hasta 200 m de diámetro.


Las células, de contorno ovalado, casi el doble de largas que anchas, pueden llegar a alcanzar hasta las 8 m de longitud, y presentan gran cantidad de vacuolas gaseosas. Todas ellas están sujetas a la estructura colonial por un corto pedúnculo gelatinoso y no bien definido, imitando a un racimo que se abre en abanico en su conjunto.


El crecimiento en masa de las cianobacterias, que como ésta generalmente proliferan en medios eutróficos, se ve favorecido por las elevadas temperaturas del agua, pero no se daría si en el agua no estuvieran presentes los nutrientes que necesita para desarrollarse, y especialmente el fósforo.


Los florecimientos de cianobacterias de Woronichinia naegeliana y otras especies como Microcystis aeruginosa o Anabaena flos-aquae suelen estar asociados a medios acuáticos en los que existe un elevado contenido de fósforo procedente de la escorrentía que afecta a terrenos agrícolas abonados con compuestos de fósforo, pero también, en algún caso, como ocurre en Microcystis por el glifosato, a pesar de que las altas concentraciones de este compuesto puedan inhibir su crecimiento.


Las fotografías de hoy, tomadas en vivo a 400 aumentos empleando las técnicas de contraste de interferencia, epifluorescencia, contraste de fase y campo oscuro, proceden de una muestra tomada el 12 de mayo de 2025 en el embalse de La Grajera, junto a Logroño

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Woronichinia sigue el rumbo de las nubes el el cielo infinito de las aguas del pantano. Una ráfaga de viento la ha hecho navegar hasta cerca de la orilla donde atraca en su plácido descanso tomando los rayos de luz a sorbos cortos que pintan su cuerpo de verde y de dorado.
En racimos apretados la cianobacteria Woronichinia a veces se desgrana sembrándose en las gotas, como riegan los campos las nubes que dibujan su reflejo sobre el agua.

Woronichinia es un género de cianobacterias nativo de Europa y Norteamérica creado por Alexander Elenkin en el primer tercio del siglo XX en homenaje del botánico, micólogo, algólogo y explorador ruso Nikolai Woronichin.

Pasajeras como nubes gruesas mecidas en el agua por el soplo de los vientos Woronichinia se abre en blandos racimos. Vida jugosa que adorna alegre la oscuridad de unas aguas turbias, donde con generosidad desbordante repara siempre en belleza, alegre, infatigable, hoy en hermosas flores de agua.


Incluido dentro de la familia de las Coelosphaeriaceae, sus colonias recuerdan a las de Microcystis mucho más común y problemática cuando se quiere utilizar el agua como recurso potable o con fines recreativos debido las potentes toxinas que sintetiza y de las que parece que Woronichinia está libre, aunque como ella siempre aparece también en medios eutróficos.


Woronichinia naegeliana es también conocida como “Coelosphaerium naegelianum” en cuyo género ha estado incluida hasta hace poco. Forma densas colonias gelatinosas de color verde oscuro o verde azulado que presentan muy variados contornos, aunque casi siempre redondeados o lobulados y compactos, de hasta 200 m de diámetro.


Las células, de contorno ovalado, casi el doble de largas que anchas, pueden llegar a alcanzar hasta las 8 m de longitud, y presentan gran cantidad de vacuolas gaseosas. Todas ellas están sujetas a la estructura colonial por un corto pedúnculo gelatinoso y no bien definido, imitando a un racimo que se abre en abanico en su conjunto.


El crecimiento en masa de las cianobacterias, que como ésta generalmente proliferan en medios eutróficos, se ve favorecido por las elevadas temperaturas del agua, pero no se daría si en el agua no estuvieran presentes los nutrientes que necesita para desarrollarse, y especialmente el fósforo.


Los florecimientos de cianobacterias de Woronichinia naegeliana y otras especies como Microcystis aeruginosa o Anabaena flos-aquae suelen estar asociados a medios acuáticos en los que existe un elevado contenido de fósforo procedente de la escorrentía que afecta a terrenos agrícolas abonados con compuestos de fósforo, pero también, en algún caso, como ocurre en Microcystis por el glifosato, a pesar de que las altas concentraciones de este compuesto puedan inhibir su crecimiento.


Las fotografías de hoy, tomadas en vivo a 400 aumentos empleando las técnicas de contraste de interferencia, epifluorescencia, contraste de fase y campo oscuro, proceden de una muestra tomada el 12 de mayo de 2025 en el embalse de La Grajera, junto a Logroño

NUBES DE PRIMAVERA EN LAS GOTAS. WORONICHINA, EMBALSE DE LA GRAJERA by PROYECTO AGUA** /** WATER PROJECT

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En racimos apretados la cianobacteria Woronichinia a veces se desgrana sembrándose en las gotas, como riegan los campos las nubes que dibujan su reflejo sobre el agua.

Woronichinia es un género de cianobacterias nativo de Europa y Norteamérica creado por Alexander Elenkin en el primer tercio del siglo XX en homenaje del botánico, micólogo, algólogo y explorador ruso Nikolai Woronichin.

Pasajeras como nubes gruesas mecidas en el agua por el soplo de los vientos Woronichinia se abre en blandos racimos. Vida jugosa que adorna alegre la oscuridad de unas aguas turbias, donde con generosidad desbordante repara siempre en belleza, alegre, infatigable, hoy en hermosas flores de agua.


Incluido dentro de la familia de las Coelosphaeriaceae, sus colonias recuerdan a las de Microcystis mucho más común y problemática cuando se quiere utilizar el agua como recurso potable o con fines recreativos debido las potentes toxinas que sintetiza y de las que parece que Woronichinia está libre, aunque como ella siempre aparece también en medios eutróficos.


Woronichinia naegeliana es también conocida como “Coelosphaerium naegelianum” en cuyo género ha estado incluida hasta hace poco. Forma densas colonias gelatinosas de color verde oscuro o verde azulado que presentan muy variados contornos, aunque casi siempre redondeados o lobulados y compactos, de hasta 200 m de diámetro.


Las células, de contorno ovalado, casi el doble de largas que anchas, pueden llegar a alcanzar hasta las 8 m de longitud, y presentan gran cantidad de vacuolas gaseosas. Todas ellas están sujetas a la estructura colonial por un corto pedúnculo gelatinoso y no bien definido, imitando a un racimo que se abre en abanico en su conjunto.


El crecimiento en masa de las cianobacterias, que como ésta generalmente proliferan en medios eutróficos, se ve favorecido por las elevadas temperaturas del agua, pero no se daría si en el agua no estuvieran presentes los nutrientes que necesita para desarrollarse, y especialmente el fósforo.


Los florecimientos de cianobacterias de Woronichinia naegeliana y otras especies como Microcystis aeruginosa o Anabaena flos-aquae suelen estar asociados a medios acuáticos en los que existe un elevado contenido de fósforo procedente de la escorrentía que afecta a terrenos agrícolas abonados con compuestos de fósforo, pero también, en algún caso, como ocurre en Microcystis por el glifosato, a pesar de que las altas concentraciones de este compuesto puedan inhibir su crecimiento.


Las fotografías de hoy, tomadas en vivo a 400 aumentos empleando las técnicas de contraste de interferencia, epifluorescencia, contraste de fase y campo oscuro, proceden de una muestra tomada el 12 de mayo de 2025 en el embalse de La Grajera, junto a Logroño

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Woronichinia sigue el rumbo de las nubes el el cielo infinito de las aguas del pantano. Una ráfaga de viento la ha hecho navegar hasta cerca de la orilla donde atraca en su plácido descanso tomando los rayos de luz a sorbos cortos que pintan su cuerpo de verde y de dorado.
En racimos apretados la cianobacteria Woronichinia a veces se desgrana sembrándose en las gotas, como riegan los campos las nubes que dibujan su reflejo sobre el agua.

Woronichinia es un género de cianobacterias nativo de Europa y Norteamérica creado por Alexander Elenkin en el primer tercio del siglo XX en homenaje del botánico, micólogo, algólogo y explorador ruso Nikolai Woronichin.

Pasajeras como nubes gruesas mecidas en el agua por el soplo de los vientos Woronichinia se abre en blandos racimos. Vida jugosa que adorna alegre la oscuridad de unas aguas turbias, donde con generosidad desbordante repara siempre en belleza, alegre, infatigable, hoy en hermosas flores de agua.


Incluido dentro de la familia de las Coelosphaeriaceae, sus colonias recuerdan a las de Microcystis mucho más común y problemática cuando se quiere utilizar el agua como recurso potable o con fines recreativos debido las potentes toxinas que sintetiza y de las que parece que Woronichinia está libre, aunque como ella siempre aparece también en medios eutróficos.


Woronichinia naegeliana es también conocida como “Coelosphaerium naegelianum” en cuyo género ha estado incluida hasta hace poco. Forma densas colonias gelatinosas de color verde oscuro o verde azulado que presentan muy variados contornos, aunque casi siempre redondeados o lobulados y compactos, de hasta 200 m de diámetro.


Las células, de contorno ovalado, casi el doble de largas que anchas, pueden llegar a alcanzar hasta las 8 m de longitud, y presentan gran cantidad de vacuolas gaseosas. Todas ellas están sujetas a la estructura colonial por un corto pedúnculo gelatinoso y no bien definido, imitando a un racimo que se abre en abanico en su conjunto.


El crecimiento en masa de las cianobacterias, que como ésta generalmente proliferan en medios eutróficos, se ve favorecido por las elevadas temperaturas del agua, pero no se daría si en el agua no estuvieran presentes los nutrientes que necesita para desarrollarse, y especialmente el fósforo.


Los florecimientos de cianobacterias de Woronichinia naegeliana y otras especies como Microcystis aeruginosa o Anabaena flos-aquae suelen estar asociados a medios acuáticos en los que existe un elevado contenido de fósforo procedente de la escorrentía que afecta a terrenos agrícolas abonados con compuestos de fósforo, pero también, en algún caso, como ocurre en Microcystis por el glifosato, a pesar de que las altas concentraciones de este compuesto puedan inhibir su crecimiento.


Las fotografías de hoy, tomadas en vivo a 400 aumentos empleando las técnicas de contraste de interferencia, epifluorescencia, contraste de fase y campo oscuro, proceden de una muestra tomada el 12 de mayo de 2025 en el embalse de La Grajera, junto a Logroño